El moquillo en perros, también conocido como distemper canino, es una enfermedad vírica grave que afecta a los perros.
Es producido por un virus altamente contagioso que se transmite a través de las secreciones nasales y lágrimas.
Los síntomas incluyen fiebre, letargo, vómitos, diarrea, pérdida de apetito y sed, secreciones oculares y nasales.
Es importante prevenir su aparición a través de medidas de protección adecuadas, como mantener al día las vacunaciones, evitar el contacto con perros enfermos y mantener un ambiente limpio y libre de gérmenes.
Si sospechas que tu perro puede tener moquillo, debes llevarlo al veterinario lo antes posible para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
La enfermedad no es curable, pero sí tratable para paliar los síntomas y controlarlos.
¿Qué es el moquillo canino?
El moquillo en perros, también conocido como distemper canino, es una enfermedad vírica grave que afecta a los perros y es producido por un virus altamente contagioso que se transmite a través de las secreciones nasales y lágrimas ( el contagio es similar a la transmisión del COVID19)
Esas pequeñas gotitas aparentemente inofensivas que aparecen cuando el perro estornuda o tose, están infectadas con el virus y son las que hacen que el contagio se produzca.
Entre perros que viven juntos es muy difícil evitar el contagio. Una persona que solo tiene un perro pero que lo saca a pasear y se junta en el parque con otros perros, debe tener cuidado y estar atento, pues ahí también se suelen producir muchos de los contagios.
Afecta principalmente a animales jóvenes, ya que su sistema inmunológico aún es inmaduro y el virus penetra con mayor facilidad. Por eso es muy recomendable la vacunación contra este virus cuando todavía son cachorros. En cachorros es una enfermedad muy grave que en muchas ocasiones tiene el peor final.
Síntomas
Lo primero que hay que saber para poder detectar si tu perro sufre distemper es que tanto el número de tejidos orgánicos afectados por este virus, como la amplitud de los síntomas del moquillo canino varía con el estado inmunitario del perro en el momento de la infección.
Así, los perros bien protegidos son capaces de eliminar el virus completamente en 15 días, con muy poca o ninguna sintomatología, pero cuando la respuesta inmune es moderada o mala, el virus consigue invadir el organismo y se manifiestan los signos clínicos.
El moquillo canino afecta a múltiples sistemas en el cuerpo de un perro:
- el sistema respiratorio
- el sistema nervioso
- el sistema gastrointestinal.
Los síntomas pueden variar:
- Fiebre
- Tos seca y persistente
- Pérdida de apetito y de sed
- Diarrea
- Conjuntivitis
- Inflamación de las encías / membranas mucosas
- Náuseas y vómitos
- Lesiones en la piel / endurecimiento de las almohadillas de los pies
- Debilidad muscular y fatiga
- Convulsiones y alteraciones en el comportamiento
Es importante que los tutores de mascotas sepan cómo prevenir y detectar el moquillo canino, ya que la prevención temprana y el tratamiento adecuado son cruciales para la recuperación de un perro infectado.
Diagnóstico
Para realizar un correcto diagnóstico del moquillo de tu perro debes llevarlo al veterinario al observar cualquiera de los síntomas anteriormente mencionados. La atención temprana puede salvarle la vida, más aún si es un cachorro.
A través de la evaluación clínica de dichos síntomas y signos de la enfermedad, así como por medio de una serie de pruebas diagnósticas complementarias, se confirmará que tu mascota padece esta enfermedad.
Las pruebas más importantes que podrán determinar la presencia de este virus en tu mascota:
- Análisis de sangre: puede detectar la presencia de anticuerpos contra el virus del moquillo canino.
- Examen de secreción nasal u ocular: puede proporcionar muestras para la detección del virus a través de técnicas de PCR.
- Radiografías: pueden ayudar a detectar cambios significativos en los pulmones y otros órganos que pueden ser indicativos de la enfermedad.
- Biopsia de tejido: en casos graves, una biopsia puede ser necesaria para llegar a determinar con exactitud la extensión de los daños causados por el virus.
Es muy importante destacar que solo un veterinario puede realizar un diagnóstico preciso y ofrecernos un tratamiento adecuado. Por lo tanto, es fundamental llevar a tu amigo peludo al veterinario si tienes la mínima sospecha de que pueda estar enfermo.
Tratamiento
En general, el objetivo del tratamiento será aliviar los síntomas y prevenir las complicaciones, ya que tenemos que recordarte que se trata de un virus incurable y nuestro papel aquí es el de acompañar, cuidar y paliar los efectos de los síntomas de la mejor manera posible.
Te recomendamos algunas medidas que se pueden tomar en estos casos:
- Reposo y confort: es importante mantener al perro en un lugar tranquilo y cómodo que facilite su recuperación.
- Fluido terapia: se pueden administrar líquidos intravenosos para prevenir la deshidratación y mantener la hidratación adecuada.
- Antibióticos: si el moquillo ha causado una infección secundaria, se debe dar al perro este tipo de medicamentos para tratarla.
- Medicación para reducir la fiebre
- La vitamina B, es la más recomendada para los tics nerviosos del moquillo canino.
- Evitar la deshidratación de nuestro perro. Es fácil que esto pase, nuestro perro se encuentra sin ganas de nada y es posible que deje de comer y de beber. Debemos evitarlo a toda costa e incluso obligarle si se niega a beber o proporcionarle una alimentación húmeda como la comida natural deshidratada para perros o la dieta BARF para perros. También son muy buenos los caldos naturales que además gustan mucho a nuestros compañeros.
- La higiene, sobre todo de la zona de los ojos y de la nariz, es muy importante. Debemos eliminar con cuidado las secreciones producidas por el virus.
- Nutrición adecuada: Es importante que el perro coma aunque no tenga apetito y reciba una alimentación adecuada y dieta equilibrada para su edad y estado de salud. Como os comentamos anteriormente, una alimentación natural hará que su recuperación sea mejor ya que su sistema inmune está mejor preparado.
- Atención veterinaria regular: es muy importante llevar al perro al veterinario regularmente para controlar su progreso y para que le realice pruebas diagnósticas complementarias si fuese necesario.
Prevención
Existe una vacuna que se debe poner a todos los perros cuando son cachorros, de hecho forma parte de la primera vacunación, y es recomendable repetir la dosis anualmente para asegurarnos que nuestra mascota está a salvo de este maligno virus a veces mortal.
Un perro que no esté vacunado tiene muchas posibilidades de contagiarse con el solo hecho de sacarlo a la calle o dejarlo jugar con otros perros.
La primera dosis se debe de poner a las 8 semanas pero se necesitan más dosis para conseguir la protección que buscamos frente a esta enfermedad: se repite a las doce y es necesaria una tercera dosis, que debe ponerse entre las 16 semanas y el año de vida del perro.