Parvovirus: causas, síntomas, tratamiento y prevención

Parvovirus: causas, síntomas, tratamiento y prevención

La parvovirosis canina es una de las principales enfermedades virales caninas.

Afecta principalmente a cachorros de perro, pero también puede afectar a gatos, produciendo una alteración de las vellosidades intestinales, manifestándose clínicamente como diarrea sanguinolenta y maloliente, junto con un deterioro del estado físico e interno del animal.

El pronóstico es grave, aunque depende del estado de avance de la infección cuando es detectada.

También depende de la edad del perro afectado, ya que los cachorros son más propensos al contagio y su sistema inmunológico es más débil.

Causas

El parvovirus canino es causado por un virus de ADN que se transmite a través del contacto directo con un perro infectado o con objetos contaminados (como juguetes, comederos, bebederos y superficies).

El virus es extremadamente resistente y puede sobrevivir en el ambiente durante meses.

Las principales vías de transmisión incluyen:

  • Contacto directo entre perros especialmente a través de las heces de perros infectados.
  • Ambientes contaminados, lugares donde ha habido perros infectados, como parques, criaderos y refugios.
  • Objetos contaminados como ropa, zapatos, comederos y jaulas.
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    Síntomas

    Los síntomas del perro o gato dependen de la carga vírica que tenga. Por esto es muy importante un diagnóstico y tratamiento precoz.

    Suelen aparecer entre los 3 y los 10 días después del contagio.

    Los principales síntomas son :

    • Vómitos abundantes, frecuentes y acompañados de sangre
    • Diarreas sanguinolentas
    • Pérdida de apetito
    • Fiebre o hipotermia
    • Letargo
    • Dolor abdominal

    Tratamiento

    El tratamiento se basa en una dieta rica en electrolitos, junto con reposición intravenosa hidroelectrolítica, necesitando ingreso hospitalario inmediato en algunos casos.

    También se les suele administrar medicación para controlar y reducir los vómitos y antibióticos para prevenir infecciones bacterianas secundarias.

    En casos graves se pueden llegar a necesitar transfusiones de sangre.

    Prevención

    La mejor manera de prevenirlo es la vacunación cuando el perro es aún cachorro. Deben recibir una serie de vacunas a partir de las 6-8 semanas de edad, con refuerzos cada 3-4 semanas hasta las 16-20 semanas de edad.

     

     

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